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MAY
2016
Tal vez resulte inquietante que un cementerio sea reclamo turístico en una ciudad, pero cuando hablamos de París es perfectamente comprensible, ya que los cementerios más famosos de esta ciudad, además de funcionar también como parques, albergan las tumbas de algunas de las celebridades más importantes de la historia.
Todo visitante amante de la literatura debe visitar el cementerio Père Lachaise, en el distrito XX de París. Uno de los más conocidos del mundo y el más grande de la ciudad. Aunque en un principio no fue la intención del arquitecto que lo ideó, este cementerio hace también las funciones de parque, y es mucha la gente que acude a disfrutar del silencio, leer, dibujar o contemplar a los turistas que buscan las tumbas de los personajes más célebres.
El cementerio de Perè Lachaise alberga a personajes de la talla de Oscar Wilde, Cyrano de Bergerac, Molière, Marcel Proust, Apollinaire y Honoré de Balzac. Estos relativos al terreno de la literatura. En el ámbito de la música destacan Rossini y Chopin, dos de los grandes compositores de principios del siglo XIX. También son famosas las tumbas de María Callas o de Édith Piaf. Pero uno de los personajes que atrae más peregrinación a su tumba es el famoso cantante Jim Morrison, cantante del grupo “The Doors”.
En los terrenos de la pintura y la escultura, encontramos en este cementerios las tumbas de Géricault, Modigliani, Camille Pissarro, Delacroix y Jacques-Louis David.
También están enterrados en este cementerio personajes ligados a nuestra historia como Manuel Godoy, político español; y otros como Georges Méliès, un famoso director pionero del cine; Yves Montand, actor; y Jean Moulin, héroe de la resistencia durante la II Guerra Mundial.
Con más de 70.000 vidas terminadas descansando entre sus muros, y más de 200 de celebridades conocidas en todo el mundo, el cementerio Père Lachaise contiene historias de todo tipo para entretener a los visitantes varias horas.
Una de esas historias es la de Abelardo y Eloisa, que reposan en una de las tumbas más bellas del cementerio, fueron protagonistas de una trágica historia de amor imposible que los obligó a pasar la mitad de sus vidas en el celibato.
Otra historia de amor que reposa en este cementerio es la de Modigliani, enterrado junto a su amada Jeanne Hébuterne, que se suicidó tras el entierro del pintor.
Tumbas como la de Oscar Wilde, siguen siendo hoy protagonistas de historias más actuales. En 2011 se puso fin a una costumbre que había empezado en 1999 y estaba poniendo en peligro el estado de la estatua que decora el nicho: la tradición de besar la piedra con carmín para dejar la huella de los labios de todos los admiradores del autor que se acercaban a visitar el lugar donde descansan sus restos. La familia de Oscar Wilde, con la ayuda del gobierno de Irlanda, pusieron fin a esta pasión que estaba estropeando la piedra rodeando la tumba con unos cristales.
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