Tras una encuesta a 400 personas residentes en Gozo, se confirma un apoyo de más del 60% a favor de la construcción del túnel bajo el agua que uniría la isla de Malta con la de Gozo aunque los resultados sugieren una caída de 5 puntos con los del años 2011 lo que refleja, según los expertos, una disminución del apoyo al partido político que ideó el proyecto en un momento anterior. La mayoría de los votos a favor se relacionan con ciudadanos mayores de 55 años y los que tienen familia que trabajan en Malta.

Las críticas negativas son abundantes y se pueden resumir en varios temas como por ejemplo la repercusión negativa que puede causar en el medio ambiente, la ruina económica o incluso la pérdida de identidad, según sus propios habitantes, al hacer de Gozo una extensión de Malta con la construcción del túnel, y provocando así que pierda su carácter distintivo. Además, junto a todas estas críticas aportan otras alternativas que consideran más viables y económicas que van desde viajes en helicóptero, aumento del servicio de autobuses, ampliación de la pista de aterrizaje, servicio de hidroaviones, etc…

Desde el punto de vista de los expertos, tanto a nivel de medio ambiente como de arquitectura, afirman que se trata de un proyecto más y como tal, plantea cuestiones ambientales y dificultades de material y desarrollo estructural por las que no hay que alarmarse excesivamente. 

El proyecto tiene un costo estimado de 200 millones de euros para su construcción y otros 2 millones de euros al año para mantenerse, demás, de las subvenciones gubernamentales y los resultados del crecimiento económico futuro.

Los estudios realizados hasta la fecha confirman que el túnel es factible pero a un coste tan elevado que ponen en tela de juicio la rentabilidad de uso final y por tanto si merece o no la pena la inversión tan alta teniendo otras alternativas para llegar hasta la isla principal de Malta aunque estas sean peores.

El túnel reduciría significativamente el tiempo de viaje entre las islas. No debe ser simplemente catalogado como bueno o malo ya que alberga una alta gama de variables que lo condicionan y sin duda obligan a plantear varias cuestiones tanto a los ciudadanos de ambas islas como a los expertos en medio ambiente y estructuras como a políticos, estados y gobernantes.

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